La plaza de toros de Acho, coso taurino ubicado en el distrito limeño del Rímac. En ella se realiza anualmente la Feria del Señor de los Milagros, que reúne a las principales figuras del toreo. Además es la única plaza del continente americano que ha recibido la visita del Rey Juan Carlos I de España.​

Calificada como monumento histórico y ubicada junto al centro histórico de Lima, constituye además un atractivo histórico de la capital peruana. En su recinto se realizan actualmente actos culturales de la más diversa índole, taurinos y no taurinos, durante los meses en que no se realiza la feria.

Forma parte de la Unión de Plazas de Toros Históricas desde el año 2006, una asociación creada por la Asociación Amigos de la Plaza de Toros de Béjar junto con los alcaldes de las localidades de las plazas de Campofrío, Santa Cruz de Mudela, Almadén y la Real Federación Taurina de España.

En 1765, Agustín de Landaburu y Ribera, alcalde de Lima, solicitó permiso para construir lo que llamó «una plaza fija para las corridas de toros» que se llevaría a cabo en Lima durante la celebración del Carnaval en la ciudad. Así, la plaza fue construida en los terrenos del Convento de Madres de Las Nazarenas, en un sitio que había sido utilizado para varios edificios de toros temporales desde 1754, y cuyas propiedades pasaron luego al reconocido médico y prócer José Hipólito Unanue y Pavón. La construcción duró ocho meses.​

La plaza fue fundada el 30 de enero de 1766,​ durante el gobierno del virrey Manuel de Amat y Juniet, antecediéndola en antigüedad la plaza de toros de Béjar y Zaragoza, en España. La plaza española de Sevilla inició su construcción en 1749, pero concluyó formalmente después de la de Acho.

El cartel de la corrida inaugural lo integraron Pisí, Gallipavo y Maestro de España. El primer toro lidiado fue Albañil Blanco, con divisa caña y rosado, de la hacienda Gómez de Cañete, propiedad de Landaburu y Ribera. A esta primera corrida de toros asistió el virrey Amat.

​Con una capacidad de 14 000 localidades,​ la plaza de Acho es representativa de la arquitectura limeña de finales del Virreinato del Perú e inicios de la época republicana. Su construcción es de material noble, adobe y madera, habiendo sobrevivido a los terremotos que ha sufrido la ciudad de Lima desde su construcción.